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Estoy hasta las narices de las frases célebres de autoayuda, del pase lo que pase “si quieres puedes”. De la pseudo psicología disfrazada de citas en sobres de azúcar. De las mentiras de la mujer o el hombre hechos a sí mismos.
Vivimos en una sociedad donde cada vez es más difícil salir adelante. Donde la gente que trabaja está por debajo del umbral de la pobreza, donde para empezar a montar un negocio te cuesta dinero antes de haber facturado un solo euro. Una sociedad en la gente corriente pierde cada vez más derechos y se lo ponen más difícil.
Pero nos aletargan y nos sedan con mensajes de tu destino está en ti, solo tú tienes la llave de tus sueños, puedes hacer lo que quieras si te lo propones.
PUES NO
Vivimos en un mundo donde cada vez tenemos más canales nuevos de comunicación, donde parece que por fin somos libres para ver la película que nos de la gana o la serie de moda en EEUU de estreno. Pero la realidad es que casi el 70% de la información está controlada por unas pocas empresas.
Poco a poco ha calado en nuestra sociedad el mensaje de que “si quieres, puedes”, que es tu obligación desarrollarte laboralmente, labrarte un futuro, comprarte una casa, encontrar una pareja y tener hijos.
¿Qué pasa si no lo consigues? Pues que irremediablemente corres el riesgo de echarte la culpa.
Las series que ves en la tele, los periódicos, las películas, los anuncios, la radio y todo canal de comunicación que se te ocurra empujan en la misma dirección.
Ya sabes que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.
Pero el mensaje que nos están lanzando es demoledor para nuestra salud mental. Nos venden una idea de felicidad que no apoya absolutamente ningún estudio científico. Nos hace responsable de cuestiones que no son controlables por nosotros. Nos señala directamente con el dedo y nos dice “Sois unos fracasados”.
Lo peor es que esta información cala dentro de los profesionales. (Entre los que me incluyo). Y a veces nos vemos a nosotros mismos lanzando mensajes a nuestra audiencia en la misma línea, defendiendo el “Si quieres puedes”.
Es cierto que internet ha abierto las puertas al gran público, y a día de hoy tenemos a nuestra disposición muchísimas herramientas que hace 10 años no teníamos.
Las posibilidades son infinitas, pero aun así, no controlamos nuestro destino.
El mundo desde que es mundo es incertidumbre. Hay miles de variables que no podemos controlar.
No hay día que en la consulta no me diga alguien que “si piensas en positivo te pasan cosas positivas”.
No es cierto que podamos influir en el exterior con solo pensar. Lo siento, pero no me lo creo. No creo que el universo conspire a nuestro favor cuando pensamos en dinero para hacernos ricos.
No creo que los millones de refugiados Sirios estén pensando a la vez en “¡Guerra civil!” para que el mundo les regale tal desgracia.
Si no me crees, compra ahora mismo un décimo de lotería y piensa con todas tus fuerzas que te va a tocar. Si te toca, dejo la psicología (Ten en cuenta que el blog lo leen cientos de personas… Y es imposible que les toque a todas el mismo día).
Pensamiento racional VS pensamiento mágico
Existe un concepto equivocado a cerca del cambio de pensamientos. Es cierto que la terapia racional emotiva y la terapia cognitiva centran sus esfuerzos en cambios de pensamientos negativos por pensamientos alternativos.
Pero en ningún caso pretenden cambiar una percepción sesgada y errónea de la realidad que genera emociones negativas por un pensamiento positivo irreal.
Lo que en realidad pretenden es fomentar el pensamiento racional y basado en hechos reales.
Desde mi punto de vista es igual de malo pensar “Soy una mierda” que pensar “Soy el rey del mundo”.
Cierto es que en el primer caso, las emociones asociadas serán de tristeza mientras que en el segundo caso serán de euforia. Pero tarde o temprano la realidad nos devolverá al sitio que nos corresponde y la frustración y la ansiedad subirán por las nubes.
Me manifiesto en contra de aquellos discursos que defienden que hay que cambiar pensamientos negativos por pensamientos positivos. Es una barbaridad. Es fomentar lo que llevamos intentando arreglar desde hace decenas de años.
Manejar expectativas
El manejo de expectativas es esencial para cultivar un pensamiento racional. Saber qué tenemos que esperar de nuestro mundo exterior y de nosotros mismos nos ayuda a regular emociones de forma eficaz.
Por ejemplo, si yo espero ganar un millón de euros esta tarde mientras estoy sentado en el sofá, lo más probable es que la realidad me de un golpe en las narices.
Siguiendo con el tema anterior, fomentar discursos basados en el pensamiento mágico no científico nos predispone a vivir en una continua frustración y culpabilidad.
Tenemos que ser conscientes de que es muy beneficioso coger las riendas de nuestra vida. Pero que no vamos a estar exentos de dificultades por eso mismo. Tenemos que estar dispuestos a fracasar, a caer, a estar tristes de vez en cuando, a sentir ansiedad y a cabrearnos. No pasa nada, somos humanos. Vamos al baño, dormimos y tenemos legañas cuando nos despertamos.
Dejemos de tener como meta estereotipos artificiales que no son reales.
Luchemos por nuestra felicidad, pero luchemos desde un punto de vista racional. No seamos ilusos y convirtámonos en optimistas inteligentes.
Veamos el lado bueno de la realidad, mostrémonos agradecidos por lo que tenemos, pero dejemos de hacer el indio intentando atraer con el pensamiento cosas buenas.
Afrontar de forma activa
Vivimos en una sociedad donde se impone lo inmediato. Quiero algo y lo quiero ya. No se fomenta la tolerancia a la frustración, no nos enseñan a esforzarnos para conseguir nuestros objetivos. Queremos ser capitanes sin haber sido marineros.
Parece que nos educan para huir de los problemas. Para no afrontar activamente la aventura de la vida.
Después nos quejamos de que no nos queremos a nosotros mismos. Pero en vez de luchar y superarnos cada día, nos quedamos en la queja.
Si te caes, lo siento amig@, es la vida, levántate y lucha. Solamente hay una forma de no salir nunca derrotado, levantándose siempre.
Esto no implica que tengamos que mantener el mensaje buenrrollista de “tú puedes” pase lo que pase. Pues no, hay veces que no se puede. Si tienes una enfermedad crónica, no te puedes curar. Por mucho que pienses que si.
Lo que si puedes hacer es enfrentar la vida con tus limitaciones. Hace un par de semanas, una persona a la que admiro, Carlos, escribió un post de los que hacen época. Te recomiendo que lo leas para que veas cómo una deficiencia visual puede ser una fuente de bienestar.
Una fuente inagotable de bienestar es ponerse objetivos vitales e intentar cumplirlos. Es muy importante mantener una flexibilidad y saber cambiar tus metas a tiempo. Ya lo hemos comentado en el apartado anterior.
Ser protagonista de tu propia existencia te libera de morir en vida a los 25 años. Tener objetivos nuevos cada vez hace que tu espíritu de lucha y de autosuperación sea inquebrantable. Hace que levantarse tras la caída sea más fácil. Te previene de tener autoestima baja
Disfrutar por el camino
amig@ mí@, no caigas en la trampa de ver la felicidad como una meta. Céntrate en disfrutar todo lo que puedas del trayecto.
Cumplir tus objetivos puede llegar a ser descorazonador. Te enfrentas al ¿Y ahora qué? Llevas toda la vida luchando por algo, lo consigues y ¿Qué hacemos después?
Por eso te decía que es importante ser flexible en tus metas, pero también lo es saber retarse de nuevo.
Esta actitud te llevará al crecimiento continuo. A la mejora continua. A lo que los Japoneses llaman Kaizen.
Con las técnicas que encuentras en este blog puedes hacer el reto posible de vivir con plenitud tu camino y prevenir caer en una autoestima baja.
No seas otro ladrillo en el muro.
Conclusiones
Los mensajes que nos dictan los medios pueden ser tremendamente crueles. Atribuirnos el 100% de la responsabilidad de nuestro éxito en la vida hace que nos sintamos demasiado presionados. Nos empuja a sentirnos culpables y frustrados por situaciones que nada tienen que ver con nosotros pero que nos afectan.
El fomento del pensamiento positivo no basado en hechos reales se convierte en golpes de realidad y toma de decisiones poco eficiente.
Sin embargo, un razonamiento basado en la evidencia y un afrontamiento activo de los problemas nos convierten en personas optimistas con autoestima alta, conscientes de nuestras limitaciones pero trabajando día a día para superarlas.
http://enequilibriomental.net/si-quieres-puedes/?mc_cid=b552ac5c59&mc_eid=8462024fd6
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